Un texto puede abarcar distintas longitudes, pero siempre remite a más de una oración tratando sobre un tema determinado. Existen distintos tipos de codificaciones a la hora de redactar un texto, esto es, distintos géneros que responderán a distintas necesidades e intenciones; estos géneros podrán tener una mayor o menor rigurosidad en las normativas que los conforman. Así, por ejemplo, un texto de índole literaria puede ser bastante desestructurado, permitiendo la innovación y el desapego a normas fijas; por el otro lado, existen otros discursos que requieren inevitablemente el apego a distintas normas y lugares comunes, como por ejemplo, el discurso científico.

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